sábado, 11 de junio de 2016

LABORES DE MANTENIMIENTO Y SUS ERRORES MÁS COMUNES.

El huerto, por pequeño que sea, requiere una atención mínima, incluso durante las épocas en que se interrumpe la temporada vegetativa de las plantas.
Básicamente, todas las labores consisten en preparar el terreno para un cultivo, hacer la siembra o plantación, cuidar el desarrollo de la hortaliza y recogerla. Lo que hay que hacer es adecuar la época para cada una de estas actividades a la especie de que se trate y combinarlas del modo más racional posible, no sólo por las afinidades o incompatibilidades que presente cada vegetal, sino también por ahorrar tiempo y esfuerzos. Con todo, cada estación tiene trabajos propios. Consulta el calendario de siembra.
La rotación de cultivos, en sus líneas fundamentales, es aplicable también al huerto pequeño, aunque si las dimensiones son muy reducidas, el uso adicional de recipientes y la posibilidad de modificar la naturaleza del terreno (por tratarse de cantidades relativamente pequeñas, algo inviable en los cultivos en grandes superficies) nos permite soslayar en buena medida estas limitaciones.
La alternancia, o rotación de los cultivos, no es más que evitar cultivar un mismo tipo de hortalizas en la misma parcela durante años sucesivos. El motivo es doble, por un lado impedir que la tierra se agote en exceso por consumo predominante de un determinado tipo de nutriente; por otro, muchos insectos perjudiciales necesitan más de una temporada para completar su ciclo vital, por lo que si antes de que éste finalice hemos cambiado el cultivo, no pueden completarlo y mueren. Aquí puedes ver algunos insectos beneficiosos.
ERRORES MÁS COMUNES.
  • Destinar un terreno de tipo compacto y arcilloso a bulbos y raíces, sin realizar trabajos previos de tratamiento. Repercutirá en el desarrollo.
  • Cada labor requiere su tiempo. Pretender “quemar o saltarse etapas” es un error frecuente del principiante. Muchos trabajos necesitan un tiempo de maduración para que la tierra quede bien preparada.
  • Cultivar el mismo tipo de hortalizas en la misma parcela en años sucesivos, aunque se repongan los nutrientes, permite reproducirse a los parásitos.
  • Aplicar más abonos de los recomendados. No sólo se pierde dinero, sino que puede resultar tóxico para las plantas.
  • Una vez finalizada la época de recolección, hay quien abandona la parcela sin preocuparse, confiando en ganar en primavera el tiempo perdido. Pero hay labores que deben hacerse en invierno.
  • Creer que sólo la primavera y el verano permiten cultivar hortalizas en lugares de climas fríos. Hay también variedades de invierno.
  • Hacer los trasplantes durante las horas de más calor es un proceso que provoca estrés a las plantas, por lo que conviene elegir las horas más frescas y menos secas.
  • Esperar a la primavera para airear el suelo y trabajarlo hasta darle una consistencia adecuada para la siembra. Tenía que haberse hecho en invierno.
  • Pretender obtener las propias semillas para el siguiente cultivo. El aficionado no dispone de medios para evitar la merma de calidad. Es mejor comprarlas.
  • Dar un riego general en un huerto pequeño hace que unas hortalizas reciban demasiada agua, mientras que otras se quedan sedientas. A cada una hay que darle lo que necesita.
  • Utilizar el agua de una manguera que ha permanecido todo el día bajo el sol en verano. Estará a temperatura tan alta que puede quemar las plantas

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