Necesidades de los cultivos para el riego en el huerto
Como es lógico, las plantas necesitan más cantidad de agua en verano que en invierno, ya que si las temperaturas son más altas y el sol incide sobre los recipientes el agua se evaporará mucho más rápido. Conclusión: por regla general es suficiente regar una o dos veces a la semana en invierno y, en verano, debes hacerlo todos los días. En primavera y otoño tendrás que ajustar la el riego según las temperaturas y las lluvias.
La clave es comprobar la humedad de la tierra, bien metiendo el dedo en el sustrato o un lápiz, por ejemplo (si sale limpio, sin tierra “pegada, es que el sustrato está muy seco) o bien utilizando un medidor de humedad, un artilugio muy útil para saber cuándo regar y no demasiado caro.
El agua que necesita cada planta no es exactamente la misma, por lo que para aprovecharla mejor puedes asociar los cultivos en grupos y dar el riego justo a cada uno, teniendo en cuenta que hay cultivos más exigentes y que otros, como el ajo o la cebolla, son capaces de desarrollarse con menos agua:
- Poco riego: ajo, cebolla, garbanzo, lenteja o hierbas aromáticas como espliego, romero, tomillo, orégano…
- Riego medio: guisante, tomate, pepino, nabo y algunas flores de las que usamos para ahuyentar insectos, como la albahaca, la caléndula o el tagete.
- Riego abundante: acelga, alcachofa, apio, calabacín, col, puerro…
Si tienes tu huerto en una zona poco lluviosa conviene que elijas cultivos poco exigentes (perennes) o, si pones cultivos de temporada como las hortícolas, regar lo suficiente y estar atento a que el suelo no se quede seco.
Métodos de riego
El riego manual con una regadera o con una manguera, ya que es una forma muy eficaz de regar, controlarás el agua aplicada y podrás aprovechar para echar un vistazo a tus cultivos y comprobar que no han sido atacados por plagas o enfermedades. Si usas una manguera, puedes incorporar una boquilla aspersora, para evitar hacer “hoyos” y charcos en el sustrato, pero tienes que tener cuidado de no mojar las hojas de las plantas, porque esto puede provocar que aparezcan sobre ellas hongos y otras enfermedades.
Hay otros tipos de riego manual de los que seguramente halláis oído hablar, ya que eran los sistemas empleados tradicionalmente en los huertos rurales: el riego por surcos y el riego por inundación. Si tienes mucho agua disponible -un depósito, un pozo…- puedes emplear alguno de estos sistemas ya que son muy eficientes (mojan toda la tierra que rodea las raíces), pero no es conveniente usarlos en un huerto urbano porque consumen demasiada agua.
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