Limpieza y desbroce. Para comenzar a preparar el terreno, primero hay que limpiarlo bien, quitando las piedras o basura que pueda haber. Si hay hierbas muy altas, matorrales o zarzas, algún adulto debe desbrozar antes con una desbrozadora.
La hierba pequeña podéis cortarla con una azada. No se trata de cavar; la hierba se ha de cortar pasando el filo de la azada a ras del suelo.
Una vez cortada, se recoge la hierba con el rastrillo o la horca, y dejadla descomponerse en algún sitio del huerto.
Volteado de la tierra. El siguiente paso es voltear (layar, arar…) parcialmente la tierra
para mullirla, aireándola y mejorando el drenaje del agua. Para hacerlo se clava la laya en el suelo y se hace palanca con ella. Se comienza por un lado y se tiene que ir retrocediendo, para no pisar la tierra volteada. Aprovechad la labor de volteo para observar el suelo y los seres vivos que encontréis. ¡No matéis las lombrices, son beneficiosas para el huerto!
Después de voltear, es buen momento para echar el abono.
Si vuestro huerto escolar está en cuesta, al voltear la tierra irá poco a poco cayendo hacia la parte baja, y puede que en la parte alta os quedéis sin tierra fértil. Para conservar el suelo de vuestro huerto, no la impulséis hacia abajo sino lateralmente;
y subid algunas carretillas o cestos de la parte baja a la alta. Tampoco debéis voltear demasiado profundo, pues estaréis enterrando la capa del suelo más superficial (la más fértil).
Desmenuzar y mezclar. Cuando la tierra se haya secado lo suficiente, tenéis que
desmenuzar los terrones con la azada, mezclando superficialmente el abono, si habéis echado. Observad cómo queda la tierra; quizás convenga desmenuzar la tierra más de una vez. Si tras la labor de volteo hay heladas, el agua del suelo al helarse contribuye al desmenuzamiento. ¿Sabéis por qué?
.Como veis, con la azada se pueden realizar distintas labores; según el movimiento, la fuerza, etc. con que la utilicéis.
Aparte de la azada, ¿habéis visto alguna máquina que se use para desmenuzar y mezclar la tierra?
.Podéis hacer el experimento de comprobar dónde crecerán mejor las raíces de las plantas: en tierra sin voltear o en tierra bien aireada y desmenuzada.
Últimos preparativos antes de cultivar. Podría convenir (según el cultivo, la estación, etc.) que el terreno de cultivo sobresaliera sobre los caminos que la circundan (observad el dibujo), para que escurra mejor el agua y no se encharque el suelo, por ejemplo. Si es así, echad con una pala una capa de tierra de los caminos dentro de la parcela, dejando como una pequeña “zanja” que rodea los “caballones” elevados. Luego, alisad bien la tierra de la parcela, o dadle la forma que necesite el cultivo.
Informaos: algunos cultivos requieren una superficie fina o más “grumosa”. Después, delimitad y marcad bien las parcelas: rodead cada una con cuerda y palos, dejando caminos alrededor, etc.
.Si tenéis el huerto en cuesta, procurad darle también al cultivo (las parcelas,
las hileras, etc.) una dirección “transversal” a la pendiente, como veis en el
dibujo. Eso evitará que el agua erosione fácilmente la tierra.
Y es que un buen hortelano/a tiene que cuidar bien su terreno: pisad los cultivos
lo menos posible, y no caminéis sobre la tierra mojada.
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